miércoles, 11 de abril de 2012

                              EXPERTICIAS Y TECNOLOGÍAS DE LA SUBJETIVIDAD

Nikolas Rose es un académico inglés que ha analizado la relación entre experticias y subjetividades, concretamente para el caso de las ciencias psi (psicología, psiquiatría, psicoanálisis, psicopedagogía). Sus análisis, a pesar de continuar una línea esencialmente foucaltiana, no indagan las instituciones de encierro, sino otro tipo de espacios como las empresas, que hoy día tienden a funcionar en una dinámica pos-disciplinaria: una en la que se gobierna a través de tecnologías que son, al mismo tiempo, flexibles y globales.

Rose nos habla de una "fragmentación de las experticias", un fenómeno ligado al desmoronamiento del Estado de Bienestar y el auge de la gubernamentalidad neoliberal, que implica que los saberes expertos ya no son una suerte de monopolio estatal, sino que se producen y distribuyen en un amplio mercado que permite a los consumidores comprar los que quieran y usarlos de formas híbridas. Un sencillo ejemplo es la salud: durante el auge del Estado de Bienestar el acceso a la medicina era garantizado directamente a los ciudadanos a través de sistemas de seguridad social públicos, cuya financiación dependía de los aportes provenientes del empleo formal, pero hoy día, a pesar de que parcialmente se mantienen esos sistemas, predomina la comercialización de una amplia gama de experticias que los individuos (ahora responsabilizados de su auto-cuidado y supervivencia) deben comprar; la oferta incluye medicinas alternativas (orientales, homeopáticas, indígenas, etc.) y suplementos vitamínicos que no son drogas pero se promocionan como tales (herbalife), pasa por libros de autoayuda (que hablan de salud espiritual, mental y corporal) y programas de televisión donde se ofrecen consejos médicos, y termina con la medicina moderna pagada como bien privado.

Aunque esas experticias no son necesariamente nuevas, la radicalidad del fenómeno tiene que ver con la primacía de experticias fragmentadas y poco institucionalizadas (muchas veces sin relación directa con la academia), y la variedad de prácticas híbridas que surgen de esa amalgama. Hoy día puede ocurrir que alguien acuda al médico de su EPS, tome malteadas de herbalife, consulte al médico naturista de su barrio, e incluso pague por servicios "sobrenaturales" (desatar maleficios de brujería), sin que esta multiplicidad de prácticas le produzca un conflicto de creencias.

Un mercado de creciente expansión es el de las "experticias de la subjetividad", una serie de saberes y tecnologías que sirven para hacer más eficiente la "máquina" humana, que es como se concibe al hombre en las teorías del capital humano (propias del neoliberalismo norteamericano), según lo analiza Foucault en "El Nacimiento de la Biopolítica"; en estas, el sujeto es susceptible de sucesivas modificaciones, mejoramientos, entrenamientos y adquisición de diversos tipos de capital que lo hacen más eficiente y competitivo, pues vive en una sociedad que tiende a desplazar las responsabilidades institucionales al plano de las decisiones y capacidades individuales (las competencias en educación son un buen ejemplo: habilidades flexibles, incorporadas como valor agregado en el individuo, con posibilidad de ser usadas en diversos campos y por supuesto, pagadas por quien desea tenerlas y no garantizadas como derecho). Una característica del gobierno neoliberal, según Foucault, es que toma como figura central de la sociedad a la "Empresa", usándola como una especie de metáfora para interpretar a las demás institucionales (esperando, también, que esas instituciones adopten la "forma-empresa"); el Estado, las instituciones académicas y los individuos mismos deben gestionarse como empresas, o más bien, convertirse en empresas. El "hombre-empresa" es el de las teorías de capital humano y en relación directa, el de las experticias de la "autoayuda", esas que se ahora pululan en TV, páginas de internet, libros, folletos, programas de radio y compañías que ofrecen ayuda en el proceso de convertirse en "empresa". 

La "gestión de sí mismo" es un tipo de experticia fragmentada, sin relación directa con el Estado y que aún así hace parte de las tecnologías de gobierno más contemporáneas. Las personas que adquieren este tipo de saberes llegan a ellos dependiendo de su "trayectoria social", generalmente en un momento de crisis o cambio (muerte de un familiar, quiebra económica, perdida afectiva) en el que se reconfigura la subjetividad, a través de tecnologías de la innovación destinadas al propio ser (bien se trate del cuerpo, la mente, las emociones o todo al tiempo). Un ejemplo de lo anterior es 4life (http://colombia.4life.com/), una compañía distribuidora de suplementos vitamínicos que supuestamente constituyen la síntesis de los "factores de transferencia" encontrados en el  "calostro" de la leche de vaca (los factores serían una fuente de amplias defensas inmunológicas que la vaca pasa a sus crías y que también son aptos para los humanos). Sin embargo, lo interesante no es su producto sino su sistema de distribución: los personas que ingresan a esa empresa compran dos productos (por un valor aproximado de $300.000) y luego deben convencer a otras dos de hacer lo mismo, es decir, ir a la empresa y comprar los productos (la persona no los vende directamente sino que vende la idea de negocios) y así hasta formar una "red" en la que quien consiga más socios obtiene más ingresos, pues recibe una "regalía" (a la manera de los músicos).

Sin embargo, la empresa no vende productos alimenticios sino "libertad financiera". Los socios de la empresa y quienes deseen ir se reúnen una vez por semana, en una especie de convención destinada a aprender como alcanzarla. Durante la sesión, un "socio" experimentado entona un ferviente discurso que combina autoayuda, cristianismo, gestión de negocios y crítica al sistema tradicional de trabajo (las 8 horas diarias, los jefes, los bajos salarios, el desempleo estructural, etc.), y ofrece una alternativa: trabajar con ellos para obtener "libertad financiera", estado que se alcanza efectuando una serie de "prácticas de sí" (concepto de Foucault que engloba las acciones deliberadas para autotransformarse de una determinada manera) que requieren la guía de "maestros" y el uso de "saberes expertos". Las "prácticas de sí" de 4life exigen adquirir consciencia del "pensamiento" y su relación con el "tiempo": para ellos el pasado ata, el presente es lo real y el futuro se subsume en el presente, razones para olvidar el pasado, rechazar las ideas de fracaso y no sentir culpa por los errores (buscan crear una "persona positiva"). Su guía es el "programa educativo", una serie de talleres y lecturas que enseñan técnicas de superación personal y habilidades financieras que, puestas en práctica, llevarían a tener éxito en el "mercadeo en red" (logrando ser ellos mismos, con el tiempo, personas capaces de guiar a otras en este camino). Y sus reuniones se parecen, en el uso de "testimonios" para probar la efectividad del producto y el negocio, en el discurso de quién enseña, y en el efecto que este produce en los asistentes, a una Iglesia Carismática. 4life combina capacitación financiera y prácticas de sí, creando una institución que es al mismo tiempo "iglesia" (entrevistando a algunos de sus miembros, apareció la idea cristiana de la salvación: salvar a las personas de sus vidas sin sentido) y "empresa", una donde también se usan diversos tipos de saberes para apoyar su discurso (medicina, psicología, autoayuda y nuevo management).

Pero bueno, ¿cuales son las experticias y las tecnologías aquí? ¿acaso el producto ofrecido y su marketing?, ¿la organización económica de la empresa? ¿quizás la autoayuda como saber fragmentario? Todas y ninguna en sí misma. No es un artefacto específico sino una forma de disponer, ordenar, jerarquizar y organizar objetos y sujetos. La tecnología en cuestión es la capacidad de combinar discursos, instituciones, espacios físicos y diferentes experticias y prácticas de sí (tecnologías del yo) para producir un tipo de sujeto: el "hombre-empresa". Ese que posee un capital humano incorporado (competencias financieras, de relaciones interpersonales, de gestión de los otros y de sí mismo) y cuyo anhelo es la búsqueda de "libertad financiera", un deseo que lo conduce a sentir como propios los fines corporativos. Sofisticada forma de afianzar el poder: el "hombre-empresa" (el socio de 4life) lucha por la "libertad financiera" y al mismo tiempo crea un sentido para su vida (no solo vende, ayuda a otros, los "salva"). Un consumidor que es al mismo tiempo productor de su propia satisfacción. Esa es la utopía neoliberal. 

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