martes, 10 de enero de 2012

Doña Juana: poder y nominación

En una entrevista realizada en el Hospital Vista Hermosa a algunos de sus funcionarios[1] a inicios del 2011, pregunté la opinión sobre algún asunto relacionado con Doña Juana, pero en lugar de decir “relleno sanitario” dije “basurero”, en parte por descuido en parte como forma de provocación. El resultado fue la inmediata corrección por parte del ingeniero químico Eduardo Castillo, funcionario del área de medio ambiente, quien procedió a explicar que la diferencia entre basurero y relleno consistía en que este último implicaba una disposición técnica de las basuras, mientras en el primer caso estas solamente se arrojaban al aire libre. Después, en una entrevista realizada en la casa de Arisnarda Camacho, líder comunitaria de la vereda Mochuelo Bajo[2], toqué el tema del nombre que se le da a Doña Juana, preguntando específicamente sobre las charlas de sensibilización realizadas por funcionarios del Hospital Vista Hermosa, para explicarles la diferencia entre relleno sanitario y no basurero. Doña Arisnarda dijo que ellos -la comunidad- habían asistido a las sensibilizaciones, por lo general realizadas en la Mesa de Participación Social y Comunitaria[3] y que entendían la diferencia, pero que para ellos Doña Juana era sencillamente un “basurero”, es decir, un montón de basura que huele mal. En otras ocasiones lo llaman simplemente “la Juana”, como forma despectiva de nombrar lo que los amenaza. Doña Arisnarda al hablar de ese lugar y su nombre, señalaba desde la terraza de su casa el Parque Minero Industrial a su izquierda y el Relleno a su derecha, y decía: “estamos cercados”. Esto recuerda el interesante trabajo de Wyne ¿Pueden las Ovejas pastar seguras? donde se asegura que los lugares que generan rechazo y a la vez dependencia en las comunidades, tal como ocurre con Doña Juana, terminan convertidos en lugares "espectrales", es decir, vistos como entes aterrorizantes, que es necesario combatir o aceptar con resignación, rencor y miedo. Esa sensación fue la que me transmitieron las palabras de la líder entrevistada.

En otra entrevista, que hice el 19 de mayo de 2011, les pregunté a los funcionarios del Hospital por qué creían que las personas de la comunidad llaman “basurero” a Doña Juana, a lo cual dijeron que era para expresar su insatisfacción con su presencia en la zona, ya que lo sienten como una amenaza a su salud, a sus tierras, y lo ven como un invasor que incluso los ha obligado a cambiar su estilo de vida, convirtiendo por ejemplo, zonas que eran rurales en urbanas; los funcionarios del hospital también ligan la denominación "basurero" a la presencia de grupos políticos, que según ellos, usan a Doña Juana para hacer politiquería. Es interesante recordar que mientras el basurero es simplemente un sitio donde se arrojan basuras, sin ningún tipo de manejo técnico, el relleno es definido de la siguiente manera: “Un relleno sanitario es una técnica de eliminación de los rellenos sólidos mediante su enterramiento, cumpliendo ciertas normas exigidas por la ingeniería sanitaria. Evitando los malos olores, la presencia de moscas, roedores y gallinazos, mejorando así las condiciones de salud, seguridad pública y medio ambiente tanto durante su operación, como después de terminado el relleno[4]”. Personalmente creo que el debate sobre la denominación de Doña Juana no puede reducirse a un problema de “sensibilización[5]”, a la intención de divulgar entre un público al que se considera inculto una serie de “verdades” científicas, pues como he podido ver en la zona, más que desconocimiento sobre la versión científica de los hechos, lo que existe es un cuestionamiento y rechazo de esta. De cierta forma, para los habitantes de las veredas Mochuelo Alto y Bajo, Doña Juana no cumple con las características de un Relleno Sanitario, y por tanto no se le puede llamar de esa manera.

Esto nos lleva a otros debates, como los efectos de Doña Juana en la salud humana y la agricultura, pues contrastando con la definición citada la comunidad lo considera fuente de malos olores, moscas y vectores de enfermedades(a través de caninos, roedores, aves y las mismas personas que trabajan en el relleno, bien sea como empleados o como recicladores); así mismo, existe otro dato interesante para el debate, que encontré en el portal de internet “cierraelbasurero[6]”, el cual reprodujo la cronología del paro realizado por la comunidad en el año 2005, cuyo inicio se dio por causa de la “resolución 1045 del 2003 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo que ordenó el cierre de los basureros a cielo abierto en el país, desde ayer[7]”. Analizando la situación que originó el paro, puede verse que si bien el gobierno diferencia "relleno" de "basurero", decretando incluso la prohibición de estos últimos, para la comunidad Doña Juana, está al mismo nivel de Mondoñedo(basurero ubicado a las afueras de Bogotá y actualmente clausurado) y otros basureros cuyo cierre fue ordenado por el gobierno; el problema, en ese momento, fue que por la clausura de algunos basureros de Cundinamarca, más de 600 toneladas diarias de basura adicionales iban a ser llevadas a Doña Juana, lo que a juicio de la comunidad solo contribuiría a deteriorar sus condiciones de vida.

Más que un problema que puedan resolver los científicos mediante "sensibilizaciones", se trata de una lucha de poder, que toma forma en el proceso de nominación de un lugar específico: doña Juana. No existen, por lo menos desde la posición epistemológica que se asume en los ESC, criterios para definir quien tiene razón, pero si para afirmar que existen en esta controversia, y en otras que tienen lugar en la zona, debates que superan lo técnico e involucran lo político. En este caso, el debate sobre la denominación del lugar, remite a otros debates como el del cierre y traslado de Doña Juana, que los habitantes de la zona rural de Ciudad Bolívar piden desde hace años. Me complace, en ese sentido, oír las intenciones del nuevo director de la UAESP; solo diría que para empezar, antes de decidir cualquier cosa, la alcaldía debería hacer las cosas al derecho e ir a hablar primero con la comunidad de la zona rural, tomándose en serio lo que dice la gente.


[1] Soto Triana J, Marín Osorio E, Aguilar Torres E. 2011. Riesgo y Experticia en la Controversia sobre la Presencia de Mercurio en las Fuentes Hídricas en la Zona Rural de Ciudad Bolívar (Mochuelo Alto y Bajo). En: Revista Historik, Vol. 2 - N°3 julio-octubre de 2011 Ciencia y tecnología. Usos y construcciones del discurso.

[2] Ibíd., pp. 4. Apartes de la “Entrevista realizada el 20 de mayo en la casa de la líder comunitaria Arisnarda Camacho, en la zona rural de Ciudad Bolívar, vereda de Mochuelo Bajo” en la cual participaron además las señoras Ester Sánchez, Clemencia Melo y María Mendivelso.

[3] Dicha mesa integra a la Asociación de Usuarios y al COPACO.

[4] Makyu Ávila, Joseph. 1998. Doña Juana. Un desastre de basuras. En: Revista de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Militar Nueva Granada.

[5] Que es como llaman los funcionarios del hospital a las campañas de divulgación que realizan.

[6] Este portal se creó por organizaciones que apoyaban las acciones de la comunidad de Mochuelo Alto y Bajo.

[7] http://www.cierraelbasurero.8m.com/nota_0003_noticia_basura_region.htm
El paro tenía como fin evitar la llegada de más de 600 toneladas de basura desde varios municipios de Cundinamarca, afectados por la disposición de cierre de los basureros.

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